Instituto Ruso Pushkin

 



LA HISTORIA DE UN VIAJE INTERMINABLE
12/02/19

El pasado viernes 8 celebramos la cuarta micro conferencia de nuestro ciclo, "La historia de un viaje interminable", en torno a la formación e historia de las Repúblicas Soviéticas, impartida por nuestro alumno Iván Álvaro Herrero, historiador y estudiante de filología. 

Iván comenzó por explicar la formacióngeografía del Imperio Ruso, así como los tres tipos de autonomía que lo componían (república federada, república autónoma y región autónoma). Se trataba de un modelo único en su época, con más de 125 nacionalidades, un auténtico cúmulo de culturas y tradiciones con aspectos en común y a la vez muchas disparidades, tanto geográficas como tradicionales, sociales y culturales.

Comenzó por hablarnos de las Repúblicas "Eslavas" (Ucrania, Bielorrusia y Moldavia), de sus características geográficas y formación, así como de sus tradiciones. En el caso de Ucrania, nos habló del baile tradicional "Гопак"; de la artesanía, en la que destacan los huevos de Pascua decorados (Писанки); y del bordado de tejidos, a destacar en la prenda tradicional ucraniana (Вышиванка). 

Bielorrusia es un territorio excepcionalmente plano, con importantes cursos de agua, como el Dniéper, multitud de lagos y zonas pantanosas, y frondosos bosques que cubren prácticamente la mitad del territorio. El clima es muy similar al de Ucrania. La historia de Bielorrusia sigue prácticamente las mismas etapas que la de Ucrania, al menos hasta la invasión mongola. Tras siglos de aculturación por influencia polaca, que habían provocado la expansión del catolicismo romano y el uso del alfabeto latino, los zares iniciaron una política de rusificación de estas tierras, con la reintroducción del alfabeto cirílico y la fe ortodoxa.

De Moldavia destacó, además de su historia, su cultura principalmente rumana, aunque con fuertes influencias eslavas. Nos habló de un tipo de lucha tradicional, muy parecida a la grecorromana, conocida como Trântă, considerada el deporte nacional moldavo.

Para acompañar las explicaciones, pudimos ver una amplia cantidad de material geográfico original de la época (mapas, atlas escolares, libros sobre las repúblicas y sus características...).

Nos habló de las Repúblicas bálticas (Estonia, Letonia y Lituania), de su formación, tradiciones y curiosidades. 

Estonia destaca por sus pastos y tierras de cultivo, y aprendimos sobre las numerosas invasiones que ha sufrido a lo largo de la historia. Su cultura es una mezcla de influencias nórdicas, germánicas y eslavas sobre la base tradicional finougria. 

La geografía y el clima de Letonia son muy similares al de Estonia, siendo también una región boscosa. Culturalmente son muy parecidas, y destacan la celebración del solsticio de verano y la Noche de San Juan, una de las principales fiestas en la región, tradicionalmente celebrada al calor de las hogueras.

Lituania tiene una geografía, una cultura y un clima muy parecidos a sus hermanas bálticas. Un curioso deporte popular propio de Lituania es el ritinis. También podemos destacar el rateliai, un tipo de danza circular tradicional.

Después no habló de las Repúblicas caucásicas (Georgia, Armenia y Azerbaiyán), de sus tradiciones, de su cocina... 

Georgia es una tierra de contrastes. Su cultura, de antigua tradición, ha recibido influencias clásicas, iranias y eslavas. La comida (como los хинкали o los хачапури) y el vino son fundamentales, y de larga tradición. Existe la costumbre del festín supra, como parte importante de la vida social georgiana. Es común hoy en día encontrar restaurantes georgianos en las grandes ciudades rusas.

Armenia, tierra de altas montañas y profundos valles, tiene una historia aún más antigua que la de Georgia. La identidad religiosa armenia es única, teniendo como religión oficial la Iglesia Apostólica Armenia, no vinculada a ninguna de las grandes confesiones cristianas. En relación con esta peculiar identidad religiosa, se encuentra una característica muestra de la cultura armenia, los хачкари, cruces de piedra esculpidas en estelas. Además, el armenio, una lengua indoeuropea, cuenta con otro alfabeto único. En la artesanía armenia destaca también el trabajo de las telas, especialmente los bordados, evidente en el taraz, el traje nacional armenio.

Azerbaiyán posee un clima tremendamente cambiante. Prácticamente toda la población es musulmana, perteneciente a la rama chií. La cultura azerí es una mezcla de elementos iranios, túrquicos, caucásicos y algo de influencia eslava. El sustrato iranio es evidente en las características de la principal fiesta nacional, el Novruz, el equinoccio de primavera, y también en el Año Nuevo. Una destacable realización de su artesanía son las alfombras.

Por último nos habló de las Repúblicas de Asia Central (Kazajstán, Kirguistán, Uzbekistán, Turkmenistán y Tayikistán). La cultura de esta región es riquísima, como corresponde a una tierra que era lugar de paso de viajeros de medio mundo. El antiguo sustrato iranio se ha mezclado con lo turco y lo islámico, con las influencias llegadas desde China y Rusia, en una combinación única. Aunque ahora la población es mayoritariamente musulmana sunní, en esta región todavía quedan restos importantes de otras religiones, como el cristianismo, el budismo, e incluso el chamanismo.

¡Muchas gracias a todos por venir! Os esperamos en la próxima conferencia del ciclo, que tendrá lugar el día 8 de marzo y girará en torno a la figura de la mujer en la URSS.